sábado, 20 de diciembre de 2014

SALIR.....A VER UNA PELI

Hola otra vez, amigos , amigas!    Corto y pego aquí una crónica de hace ya algunos años que escribí para una extinta e ilusionante revista. No es sobre música, pero tiene ritmo. Es uno de los escritos de los que estoy más orgulloso y como tengo este Blog , pués, oiga.....
Es, insisto, un artículo de hace algún tiempo , perdon por ciertos anacronismos.


LOS CINES MÉLIÈS

Lo diré claro,los cines realmente interesante de Barcelona se pueden
contar con los dedos de una mano,dejando, claro, a la filmoteca aparte y
por supuesto los cines Melies son uno de ellos.
Situado en el número 102 de la calle Villarroel,en pleno centro del
eixample,lleva dando guerra desde el año 1996 lo que constituye todo un
milagro.La entrada debe de ser de las más pequeñitas que uno recuerda.Uno
va caminando por esas bonitas calles con sus arbolitos y derrepente se
encuentra con ese vestíbulo que es casi irreal con el ya mítico rótulo
de
color verde y fondo negro que representa el tiquet de cine de toda la
vida.Es como encontrarse la cueva de Alí Babá,con sus pequeñas y grandes
joyas culturales esperando ser encontradas por los viandantes que a todas
horas pululan por allí.No se asusten si al asistir a los Melies por
decimocuarta vez ven al lado de la taquilla el mismo "menú" que vieron por
primera vez,es como una seña de identidad ¿O será tal vez una sutil
declaración de principios?Ahora mismo solo recuerdo el nombre de Eric
Rohmer colgado allí de manera perenne.Por cierto,aviso para navegantes,no
tiene puesto de venta de palomitas.Aquí se viene a lo que se viene,que
caramba.Luego adentrándose por su pasillo que da acceso a las dos salas(la
A y la B) se encuentra uno con cinco grandes posters de cinco titanes de
los que curiosamente la mitad o tal vez más,maldita memoria la mía,lucen
parche.Sobrios retratos en blanco y negro de los que uno  tiene tentación
de emular al niño de aquella entrañable secuencia de la  La noche americana
de Truffaut,aquella que,¿recuerdan? El personaje que encarna el francés
sueña como de niño robaba de noche y con la verja puesta,carteles de
películas mediante un palo con un gancho.Un día a la salida de una
película atrapé al vuelo una conversación a proposito de los retratos de
Nick Ray y John Ford sobre quien tenía más cosas interesantes que
contar.Si amigos,aquí se respira cine.La única vez que a quien escribe
esto le ha pasado aquello de comprar una entrada y meterse en la sala
equivocada fue en este cine ¿Que que hice? pues volví a ver por segunda
vez Jo que...perdón quería decir After Hours.Si, eso hice Y Blue Velvet
la dejé para otro día,menudo dilema eh...¿Se imaginan que todos los
dilemas fuesen así?  Sería como decir: ¿Cariño a donde vamos hoy a Shangri-la o a Tombuctú?
Recuerdo también otra ocasión en la que me encontraba en los lavabos de los cines y como en todo buen servicio, había algún que otro mensajito escrito en la pared   (como exige la norma) ,pero para mi sorpresa (grata) en este caso se trataba de un simpático crucigrama hecho de nombres de directores y en él se podía apreciar, debido a las diferentes caligrafías, que el jueguecito había tenido su éxito. Ah, por cierto, el que añadió a Max Ophuls fui yo.
La Filmoteca y los Meliés se encuentran en un mismo radio, se puede llegar de uno a otro en poco más de quince minutos, y aunque yo no soy de esos que se montan maratones cinéfilos, en un par de ocasiones he hecho el trayecto que hay entre ambas salas. Un glorioso sábado, allá por el lejano 1999, salía junto con un amigo, de la primera sesión de la Filmo, donde acababamos de ver Johnny Guitar. Nos dirijimos con paso firme y decidido a los Meliés, donde nos esperaba  El almuerzo desnudo.  Incluso nos sobró tiempo para tomar un café... 
Hay que decir que, por desgracia, hace ya un par de años (desde que cumplió su décimo aniversario) dejó de proyectar películas antiguas, aunque todavía, de vez en cuando, proyecta alguna. 

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